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lunes, 4 de febrero de 2013

Tipos de relaciones con proveedores II: partnership

Enlazamos en este artículo dos anteriores: el primero, cuando nos introducíamos en los tipos de relaciones con proveedores y el segundo cuando empezábamos a tantear ese juguetito llamado total cost. La mayor parte de las preguntas que me han llegado tratan sobre el partenariado (anglicismo de partnership que traduciríamos como compañerismo), hasta dónde debemos confiar, cómo debemos evaluar al parner y, sobre todo, qué información debemos compartir con él. El contratipo, el challenger, lo podéis consultar en otro artículo.
Vaya por delante que muchas empresas tienen políticas claras en cuanto a lo que se refiere duración máxima de contratos, información que podemos compartir, etc. El primer paso que debemos dar es informarnos ya sea en el departamento de personal o legal sobre este tema. Una vez hecho eso, podéis comparar con lo que yo a continuación detallo para adaptarlo a vuestro caso:
1. Qué es un partner y cómo elegirlo: un partner es una empresa con la que vamos a desarrollar una relación de confianza de beneficio mutuo para ambas empresas. Lo primero que debemos hacer es saber qué esperamos de él. En la imagen que podemos ver a la izquierda  observamos la definición de un partner de carretillas a nivel mundial (el ámbito en el que se va a mover es importantísimo). La evaluación que describí en el artículo sobre relaciones con proveedores puede adaptarse a nuestra descripción de un partner, evaluar los diferentes proveedores que tenemos a disposición y optar por el que mejor salga parado de la misma. El partnership, como toda relación, es un ser vivo que se desarrolla, así que podemos elegir la empresa que tenga una puntuación media pero nos dé la sensación que se va a adaptar más y tiene más potencial. El comprador, a diferencia de trabajadores de otros departamentos, debe saber que la vida no es una hoja excel.
2. Qué información debemos compartir con nuestro partner: si lo que queremos es ahorrar, deberemos mostrar nuestros costes (¡no simplemente los precios de la competencia, así que revisa el artículo de total cost!) y cómo los medimos; si es una mejora de calidad, entonces tendremos que enseñarles qué problemas tenemos y cómo los estudiamos. En definitiva, aquella información que con buena voluntad sirva para mejorar la situación actual. A esto yo le suelo llamar política de libros abiertos, puesto que el proveedor nos enseñará sus costes, los factores que influyen en los mismos y cómo podemos trabajar juntos para reducirlos si, por ejemplo, hablamos de coste.
3. Evaluación del partner: conviene reflejar la relación en un contrato marco entre el proveedor y nosotros. En dicho contrato necesitamos reflejar los KPIs (Key Performance Index), es decir, los objetivos que ambas partes nos marcamos, cómo los medimos y qué importancia tienen.

No quiero extenderme más en este punto, si bien espero haber respondido a casi todas las cuestiones que se me han planteado en la última semana y, sobre todo, haber despertado la curiosidad de todos.

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