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martes, 19 de mayo de 2015

La vida me engaña

Estábamos almorzando mi buen amigo Carlos Casañ y yo hablando de lo divino y lo humano cuando me dijo que, en tiempos de estudiante de económicas, un compañero solía decirle al ver la abultada factura del bar donde hubieren cenado que este gasto "va al asiento contable la vida me engaña".  

Tras esta frase estuvimos hablando sobre qué objetivo principal tiene la función de Compras en cualquier empresa. Tras todas las obviedades que a todos se nos ocurre, lo resumió magistralmente en un único aspecto: aumentar los beneficios de la empresa reduciendo sus gastos. Él, como responsable en su empresa, lo que necesita de Compras es precisamente que el beneficio no sólo dependa del volumen de ventas, sino sobre todo de la gestión de las compras.

Como podemos ver en el gráfico, hay muchos factores que afectan directamente en el beneficio de la empresa. Desde el mismo personal (no sólo su sueldo, sino su motivación, su profesionalidad, etc.), pasando obviamente por las ventas, la calidad (la no calidad), etc. A partir de ahí, todos los factores que vemos (energía, servicios, gastos directos e indirectos, stock, transporte...) los gestiona en cualquier empresa puntera la función de Compras.
Cuando estudiamos la situación de la mayoría de las PYMEs, resulta curioso que el mayor énfasis recaiga en ventas o en la gestión de personal pero no en compras, que muchas veces está gestionada por alguien además de otras labores (administrativas, producción, etc.). Resulta más incomprensible si cabe cuando tenemos en cuenta que, de no gestionar las compras bien, se puede dar la paradoja que cuanto más vendamos tanto más perderemos. Siendo así, es normal que muchas empresas crean que la vida les engaña y opten por dos opciones: recrudecer su relación con los proveedores (como si fueran asaltadores en nuestro camino) o bien pedir un préstamo para ganar liquidez. La vida seguirá engañándoles.

Cuando se trata de empresas no productoras resulta más curioso aún: los gastos indirectos - por lo general los más fáciles de gestionar - se reducen muchísimo (¿qué gastos indirectos tiene un despacho de ingeniería, un comerciante, etc.?) y porcentualmente todos los demás aumentan muchísimo (energía, servicios, consumibles, transporte, etc.). Los demás que, como hemos dicho, necesita una gestión más profesional, pasa a ser una tarea secundaria. Claro, cuando una empresa más grande ofrece precios más competitivos, la excusa es "ellos pueden comprar mejor por el volumen"...vamos, otro al que la vida le engaña.


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