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miércoles, 22 de abril de 2015

El banco de Segovia

La semana pasada me entrevistaron en Radio Emprende. Cuando Eva, la periodista, me preguntó sobre por qué alguien se podría plantear hacer las cosas diferentes, no he podido evitar el paralelismo con la Academia Militar de Segovia. Cuentan - yo nunca lo he visto - que había allí un puesto de guardia en medio de un jardín. Un día, el suboficial de guardia lo vio en medio de ese precioso jardín, sin posibilidad de intrusismo ni razón lógica que justificara ese puesto de guardia. Preguntó pues al artillero por qué estaba allí. Éste dijo que era el puesto de guardia del banco del jardín. Volvió al puesto de mando y preguntó. La respuesta que obtuvo fue que ese puesto estaba allí definido por algo. Tras tirar del hilo bastante tiempo, supo que años atrás pintaron el banco por una visita. El oficial de entonces pidió que se pusiera allí un puesto de guardia a fin de evitar que nadie se sentase. Ese puesto perduró más años que la pintura.

Con esta anécdota no vengo a ridiculizar ni a la artillería (donde tuve el placer de servir) ni mucho menos a los militares, sino al hecho que en muchas empresas hacemos las cosas por que sí, porque siempre se ha hecho de esta forma. Somos, por decirlo de alguna forma, endogámicos. Cuando una empresa quiere mejorar sus resultados, se centra en la venta (lo que hemos visto que es un error) o bien, esperamos tener resultados excelentes haciendo lo mismo. Por poner ejemplos más claros, muchas veces pensamos que la opción de ahorro pasa o bien por estrujar (porque apretar a partir de cierto punto es estrujar) al proveedor o bien cambiar de fuente de suministro. En ningún caso se nos pasa por la cabeza hacer las cosas de forma distinta. Esta tercera opción sencillamente no existe. No es una obra de ingeniería, sino simplemente una forma nueva de trabajar en la que Compras puede unir producción, ventas, administración, dirección...todos los departamentos en un único proyecto.

En cualquier momento, ya que siempre es buen momento para mejorar, viene bien que ese oficial haga preguntas y que el artillero tenga el coraje de decir que no tiene ni idea, porque:

  1. Los tiempos cambian.
  2. Las necesidades cambian
  3. Las soluciones cambian
¿Por qué no evolucionar nosotros también?



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