Compras para no compradores

Me relaciono más con no compradores que con compradores. Como comprador asesor, esto no debería sorprenderme:

a) Amenaza con respecto a colaboración: cuando he hablado con compradores, éstos solían verme  más como amenaza. Hablando claro, si quisiera trabajar en una empresa enviaría mi CV a las ofertas, pero no propondría mis servicios a éstas. Cuando la colaboración ha sido posible, era muy gratificante porque sentía cómo estaba ayudando a un compañero a desarrollar sus habilidades. La experiencia, por supuesto, me ha sido de gran interés.

b) Las empresas compran bien: esto puede parecer que me esté tirando piedras contra mi propio tejado, pero no es así. Si una empresa va más o menos bien, quiere decir que un porcentaje considerable de cosas hace bastante bien, entre ellas las compras. Este porcentaje varía entre el 40 y el 60% dependiendo del mercado. Siendo claros, el empresario se preocupa de las compras que afectan directamente a su precio (personal, materiales y servicios directos); revisa otras que le parece relevantes, tales como energía y telefonía. De éstas últimas, me resulta curioso que en la mayoría de los casos acueden a soluciones como las que disfrutan los particulares, obteniendo ahorros menores, cuando no falsos. Por lo tanto, como mínimo un 40% de los gastos están sin gestión o con un dirección pobre.

c) El software - si es que lo hay - no está orientado a las compras: en una conversación reciente con el Director de Ventas de Nexo, una empresa que desarrolla software a medida para empresas, pude comprobar que el apartado de compras se desprendía un poco de la producción o del módulo de ventas. Gestión por categorías y otros aspectos no son el lenguaje común en este tipo de empresa.

Con todo ello y, aprovechando que la mayoría de mis lectores sí son profesionales de las compras, me gustaría introducir algunos conceptos que ya os deberían sonar y que va siendo hora que la gente empiece a tener en cuenta:

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