Ya he terminado la preparación del próximo curso de Gestión de Contratos de Compras cuyas fechas iré anunciando a medida que se concreten. Cuando me lo propusieron, se me plantearon varios problemas:
- Cómo hacer un curso de contratos que el alumno disfrute.
- Cómo hacerlo, sea dicho de paso, práctico y real.
Ambas cuestiones se resumen en cómo hacerlo no para abogados sino para compradores. Esto se hizo más obvio después de repasar varios cursos en los que he participado entre sopor y desesperación. La primera cuestión se planteó ante mi: ¿qué aspectos de Compras son obviados constantemente? Veamos tres conceptos que estudiaremos poco a poco en artículos sucesivos:
- Misión de la empresa.
- Visión de la compañía.
- Objetivos que tenemos como organización y como departamento.
Empecemos por la Misión. Ésta resume qué quiere hacer la empresa, qué quiere aportar a sus clientes, a sus trabajadores...a la sociedad en general. Las pequeñas empresas suelen tener una misión incluso no escrita, si bien las grandes empresas la publican y hacen de ella un mantra. Veamos un ejemplo real:
La misión de XXXXX es satisfacer las necesidades de todos sus grupos de interés, principalmente clientes, así como trabajadores, proveedores, sociedad y capital, y conseguir la máxima rentabilidad a través de su diferenciación en precio y calidad especializándose en productos de higiene y alimentación con marca propia
Veamos qué aspectos resaltan en esta misión:
- Satisfacción de las necesidades
- Grupos de interés: clientes, trabajadores, proveedores, sociedad y capital.
- Rentabilidad – precio y calidad.
He ahí los tres aspectos que deberemos tener en cuenta en nuestro contrato: calidad, los grupos de interés que se verán afectados por nuestro contrato y rentabilidad (precio y, de nuevo, calidad)
.
En nuestro contrato deberemos asegurarnos que esos tres puntos están presentes. Parece crucial, de acuerdo a la misión, que la calidad y el precio son básicos, así que nuestro contrato incluirá cláusulas que mantengan no un precio económico, sino un precio competitivo con respecto a una calidad siempre alta (de ahí la satisfacción de los grupos de interés). La calidad será medible para que no caigamos en el “lo veo bien”, sino que haya KPIs (Key Performance Index o Índices Principales de Funcionamiento) que nos permitan evaluar dos aspectos: la satisfacción de los objetivos del proveedor con respecto al contrato y la satisfacción de expectativas que consigue nuestro contrato con respecto a lo que nuestros clientes (internos o externos) quieren.
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