
Con esta anécdota no vengo a ridiculizar ni a la artillería (donde tuve el placer de servir) ni mucho menos a los militares, sino al hecho que en muchas empresas hacemos las cosas por que sí, porque siempre se ha hecho de esta forma. Somos, por decirlo de alguna forma, endogámicos. Cuando una empresa quiere mejorar sus resultados, se centra en la venta (lo que hemos visto que es un error) o bien, esperamos tener resultados excelentes haciendo lo mismo. Por poner ejemplos más claros, muchas veces pensamos que la opción de ahorro pasa o bien por estrujar (porque apretar a partir de cierto punto es estrujar) al proveedor o bien cambiar de fuente de suministro. En ningún caso se nos pasa por la cabeza hacer las cosas de forma distinta. Esta tercera opción sencillamente no existe. No es una obra de ingeniería, sino simplemente una forma nueva de trabajar en la que Compras puede unir producción, ventas, administración, dirección...todos los departamentos en un único proyecto.
En cualquier momento, ya que siempre es buen momento para mejorar, viene bien que ese oficial haga preguntas y que el artillero tenga el coraje de decir que no tiene ni idea, porque:
- Los tiempos cambian.
- Las necesidades cambian
- Las soluciones cambian
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