De vuelta al trabajo me he encontrado con una nueva oportunidad laboral: coacher de compras, aunque yo prefiero llamarle consultor de compras, ya que mi función no es sólo la de un coacher, sino también algo de mentor e incluso evaluar, etc.
La situación con la que encuentro es la siguiente: en una mediana empresa todos los departamentos comparten una clara animadversión hacia compras. Cuando me lo dijeron, pensé que tiene una parte positiva: al menos todos están unidos frente a algo. El problema, claro está, es que ese algo es Compras.
Decidí tomar dos acciones muy sencillas:
1) Evaluación 360º: se trata de una evaluación en la que los compañeros, jefes y subalternos de la persona estudiada comentan ciertos aspectos. Esto nos suele dar una perspectiva del trabajador bastante rica.
2) Asistir a varias reuniones con los componentes del Dept. de Compras.
Uno de los hábitos que más requería el director de compras en sus trabajadores era que "no reconocieran que no sabían algo, puesto que esto ponía al departamento de compras en una posición de inferioridad con respecto al resto". Esto es positivo, pero puede resultar especialmente molesto porque la gente empieza a pensar que eres un "sabelotodo". Les propuse a todos un juego muy sencillo:
"Imaginemos que todos y cada uno de nosotros tenemos diez millones de euros para invertir en bolsa. Nuestra empresa - de donde provienen dichos diez millones - también cotiza en bolsa. Sabemos que las acciones de nuestra empresa están un poco altas y que probablemente bajarán, pero queremos que los demás compren para que éstas suban...aunque queremos invertir nuestro dinero no en nuestra empresa, sino donde más beneficio nos pueda aportar. Sabemos de una empresa (que premeditadamente hice que no gestionara nadie) que sí va a subir mucho.Los demás no saben qué empresa es la nuestra, pero ahora debemos aconsejar y ser aconsejados. ¿Dónde podrías el dinero"
Todos, absolutamente todos invirtieron la mayor parte de su capital en la empresa donde sabían iba a subir más el valor, desoyendo los consejos de los demás. Las acciones de ésta se pusieron tan caras que todos tendrán difícil recuperar la inversión.
"¿No es curioso que cuando la idea es nuestra invertimos más y somos más felices que cuando nos lo aconsejan? " Les pregunté. "La próxima vez que vayáis a decir ya lo sabía, pensad en cuándo vais a recuperar el dinero que invertisteis en la bolsa..."
Un par de semanas después, estaba ayudando al Director de Compras de esa empresa. Se había notado ciertos cambios en la actitud de él y de su gente, lo que mejoraba tanto la consideración del departamento dentro de la empresa como su futuro en la misma. Comentábamos cierto proyecto y los problemas a los que nos enfrentábamos cuando entró el Director de Producción para darnos su brillante idea...casualmente la misma. El Director de Compras carraspeó y simplemente dijo "me parece una idea brillante. Vamos a por ello". Cuando se fue el Director de Producción, sonreímos y dijo "el problema del apoyo de producción ya está resuelto".
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